
La urraca desconfía de las novedades y sus vecinos saben sacarle provecho

A pesar de su reputación de ladrona, la urraca desconfía de los objetos desconocidos, una fobia que podría ser aprovechada por otras aves para proteger sus huevos de esta depredadora, según un estudio.
No es raro encontrar materiales de origen humano en los nidos de muchas aves. Los milanos los decoran con plástico blanco, mientras que el pergolero satinado australiano lo adorna con objetos coloridos.
Las razones de estas "ornamentaciones" no parecen claras. Y por otra parte, no están exentas de peligro: el nido es más visible, el aislamiento es más deficiente, hay riesgo de lesiones o que los polluelos picoteen esos adornos...
Pero lo cierto es que estos materiales para construir el nido son fáciles de encontrar, particularmente en ambientes urbanos.
La decoración del nido podría también demostrar las capacidades del constructor y así aumentar sus probabilidades de reproducción.
O podría ser una señal de propiedad y elevado estatus social destinado a los intrusos de la misma especie.
- Tintín y la urraca ladrona -
En un estudio publicado el miércoles en Royal Society Open Science, dos biólogos noruegos plantean otra hipótesis.
Estas decoraciones podrían desalentar a depredadores como las urracas y los cuervos, que desconfían de las novedades.
En uno de los álbums del héroe de cómic Tintín, "Las joyas de la Castafiore", el famoso reportero encontraba la esmeralda perdida de la cantante en el nido de una urraca.
El dibujante Hergé se había inspirado en "La urraca ladrona" de Rossini, la ópera en la que un pájaro robaba una cuchara de plata.
Pero esta reputación de cleptómana es totalmente infundada.
Al contrario, la urraca tiene una desconfianza instintiva hacia los objetos desconocidos.
- Neofobia -
Esta "neofobia" se considera una respuesta adaptativa que permite reducir los riesgos frente a posibles peligros, especialmente en animales "innovadores", que tienen capacidades para encontrar soluciones originales para obtener recursos.
Entre las aves, esa aversión es particularmente pronunciada en los córvidos, como las urracas, los arrendajos, las cornejas o los cuervos.
Para probar su hipótesis, los investigadores noruegos colocaron tres tipos de nidos artificiales con huevos de codorniz en el suelo de un vertedero frecuentado por cuervos y en jardines habitados por urracas.
Los nidos de control contenían únicamente huevos, mientras que en el segundo tipo de nido se añadió una cuchara metálica.
El tercero contenía plumas blancas de gallina, un dispositivo destinado a probar otra hipótesis: ciertas aves colocan plumas grandes alrededor de su nido para asustar a sus depredadores, haciéndoles creer que uno de sus congéneres había sido atacado allí.
Las urracas tardaron en promedio 96 horas en robar los huevos del nido de control, 149 horas antes de llevarse los del nido con cuchara y 152 horas antes de atacar al nido con plumas.
Los cuervos procedieron en el mismo orden, pero fueron más aventureros, esperando respectivamente 28, 34 y 43 horas, probablemente debido a que ya estaban habituados a convivir con objetos brillantes en vertederos.
Y también porque había competencia, ya que el lugar estaba ocupado por "cientos de cuervos, probablemente todos jóvenes", explica a la AFP Magne Husby, biólogo de la Universidad de Levanger y coautor del estudio.
Si dudaban en robarse un huevo, "era muy probable que otro cuervo lo tomase en su lugar".
Los experimentos con las urracas tuvieron lugar en sus propios territorios y "ante la duda provocada por las plumas o la cuchara, no tenían ninguna prisa para apoderarse de los huevos", agrega Husby.
Una duda que, en la naturaleza, permite al propietario del nido ganar tiempo para defenderlo.
F.Richard--PS