
Lágrimas y resignación en Sumi, una ciudad ucraniana fronteriza bombardeada por Rusia

Sofía Stasiuk se estremece cada vez que escucha explosiones en Sumi, su ciudad natal situada en el nordeste de Ucrania, en la frontera con Rusia. Los bombardeos rusos se han vuelto casi diarios en la localidad.
La periodista, de 20 años, estaba sacando fotos para un proyecto de arquitectura cerca del lugar donde dos misiles balísticos rusos cayeron el domingo, en pleno centro de la ciudad.
El ataque dejó 35 muertos y fue uno de los más mortíferos de la guerra, que empezó con la invasión rusa en febrero de 2022.
En las últimas semanas, los bombardeos se han vuelto más frecuentes en esta localidad, capital de la región homónima y situada a unos 30 km de la frontera rusa. Sumi, ahora, forma también parte de la línea de frente.
"Cuando caen misiles balísticos o hay explosiones, saltas con cada detonación", cuenta Sofía, cámara en mano.
Las sirenas de alerta suenan pocos minutos después y los habitantes se refugian en el lugar más cercano: la Academia Bancaria, un edificio lila y azul que quedó sin ventanas por la explosión, el pasado domingo, de los misiles.
En Telegram, los grupos que monitorean los bombardeos rusos advierten de una amenaza de misil balístico proveniente de la vecina región de Kursk.
Si se tratara de un Iskander, como los que golpearon la ciudad el domingo y son capaces de alcanzar una velocidad de casi 5.000 km/h, el proyectil hubiera llegado a Sumi en un abrir y cerrar de ojos.
Pero incluso así, los habitantes viven preocupados. La constante presencia del peligro los pone a prueba.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó recientemente que las tropas rusas se preparan para lanzar una nueva ofensiva en la región.
La zona, además, ya estuvo parcialmente ocupada durante varios meses por Rusia al inicio de la invasión.
En agosto de 2024, el territorio fue también el punto de partida de una audaz ofensiva militar ucraniana sobre la región rusa de Kursk.
La operación, que permitió a Ucrania controlar cientos de km², fue la primera ocupación de territorio ruso por un ejército extranjero desde la Segunda Guerra Mundial.
Pero Moscú, desde entonces, logró expulsar a las fuerzas de Kiev de casi todo el territorio conquistado. Y avanza ahora en la región de Sumi.
Rusia controla actualmente cerca de 95 km² de la región, según un análisis de la AFP basado en datos del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés).
El ejército ruso también afirma haber tomado varios pueblos fronterizos, una reivindicación desmentida por Kiev.
- "La situación no mejora, empeora" -
En el refugio, el director del museo regional, Vladislav Terentiev, dice haberse resignado a vivir bajo esta amenaza.
"Somos una zona fronteriza, esta guerra siempre existió y siempre existirá", suspira.
No puede imaginar abandonar su ciudad, donde se dio a sí mismo la "misión" de preservar el patrimonio cultural.
La alerta aérea terminó pero "la situación no mejora, empeora", advierte a su vez el alcalde, Artem Kobzar, e insiste en que la presión rusa seguirá aumentando.
"¿Qué ambiente puede haber después de la muerte repentina de 35 personas?", se pregunta con tono sombrío.
Frente a él, unos policías patrullan los alrededores del memorial improvisado en homenaje a las víctimas del domingo.
Según Oleg Strilka, portavoz de los servicios de emergencia de la ciudad, los bombardeos "aumentaron considerablemente" en los últimos dos meses.
Roman Vitkovski, dueño de un bar local, notó el cambio de ánimo entre sus clientes y amigos.
Personas que "paseaban con sus hijos por las calles ahora hacen las maletas", asegura.
Pero él no tiene intención de huir.
"Si tardaron tres años en avanzar 50 kilómetros en Donetsk y están a 35 kilómetros de aquí, entonces todavía tenemos algo de tiempo", estima, refiriéndose al lento avance de las fuerzas rusas en el resto del frente.
Sofía, la periodista, también está decidida a quedarse en su ciudad, que intenta mantener viva a través de sus fotos.
"Sumi es mi ciudad natal, y realmente no quiero verla en ruinas ni que la gente muera aquí", afirma con ojos llenos de lágrimas.
E.Robert--PS