
Una escuela en Irlanda para preservar la tradición de los techos de paja

Subidos en escaleras, los aprendices de fabricación y mantenimiento de los techos de paja se esfuerzan en conocer el oficio, bajo la atenta mirada de uno de los últimos maestros de la especialidad en Irlanda. El objetivo de su formación es salvar una forma de hábitat amenazada de desaparición.
La Donegal Thatching School abrió en octubre en Portnoo (noroeste de Irlanda) y ofrece cursos gratuitos los fines de semana para enseñar a una nueva generación las técnicas de confección de techos de paja, elementos emblemáticos del paisaje irlandés.
"La tradición está desapareciendo, es esencial transmitirla a los más jóvenes", señala Brian Lafferty, maestro techador.
El septuagenario aprendió de su padre el mantenimiento y fabricación de los techos de paja, en el condado de Donegal, donde se encuentra la mayor cantidad de viviendas de este tipo en Irlanda.
"Cuando estoy en un techo, casi puedo escuchar la música que antaño resonaba debajo. Pienso en las vidas que se vivieron allí", cuenta.
Brian Lafferty lamenta que las generaciones más jóvenes no tengan el mismo apego a este tipo de hábitat.
"Se podía tardar tres años en reunir las piedras y construir una casa de paja, mientras que una máquina puede derribarla en diez minutos", dice, con lágrimas en los ojos.
Fidelma Toland sigue con atención los consejos del maestro.
Camarera en un bar y agricultora, la mujer de 43 años vive en la casa de muros de piedra y techo de paja donde nacieron su abuelo y su madre.
"Quiero aprender a mantenerla", explica sonriendo.
Situada a unos 260 kilómetros al noroeste de Dublín, la escuela atrajo a mucha gente durante sus jornadas de puertas abiertas.
Unas veinte personas se inscribieron en los cursos para principiantes. Algunas vienen de lejos, destaca Conal Shovlin, cofundador de la escuela.
- "Práctico y hermoso" -
"Hay un resurgimiento del interés por este aspecto emblemático de la cultura irlandesa. Hace 70 u 80 años, la mayoría de los habitantes del campo vivían bajo un techo de paja", explica Shovlin.
El propio Shovlin, de 74 años, nació en una casa de ese tipo y heredó de su padre la pasión por las tareas de mantenimiento de los techos de paja.
"La paja, gracias a su densidad, mantiene la casa cálida en invierno y fresca en verano. Es a la vez práctico y hermoso", señala.
Y la lluvia "resbala sobre un techo de paja igual que sobre el lomo de un pato", añade Conal Shovlin, quien desearía que la formación de artesanos techadores se impartiera en los centros de enseñanza técnica.
En su opinión, hay entre 300 y 400 cabañas en Irlanda que necesitan reparaciones urgentes y solo quedan diez artesanos techadores de paja a tiempo completo en el país.
Un estudio reciente reveló una disminución del 30% en el número de casas con techo de paja en los últimos diez años en el condado de Donegal.
"Están desapareciendo, pero no son enormes y no son tan difíciles de restaurar", asegura Shovlin. "Si formamos techadores de paja, podrán recorrer el país y salvarlas", añade.
Pero relanzar este oficio no es tarea fácil. Además de la falta de mano de obra calificada, la escasez de materias primas (paja, lino, junco) también representa un obstáculo.
El junco, que antes se cosechaba en Irlanda, ahora se importa de Rumanía o Turquía.
Conal Shovlin desearía que se incentivara a los agricultores a mantener "cultivos tradicionales" de Donegal como el lino.
Ivor Kilpatrick, techador de paja y uno de los pocos cultivadores de lino del país, lleva regularmente a los estudiantes de la escuela a obras de restauración que se están realizando.
Este techador aprendió su oficio a los 16 años, observando a su padre trabajar, y ahora dirige una empresa con su propio hijo.
"Hay demasiado trabajo y no suficientes artesanos, porque se van jubilando", explica este hombre de poco más de cincuenta años, ocupado en renovar el techo de una casa de vacaciones con vistas al océano Atlántico.
"Esperemos que cada vez más personas se den cuenta de que estos techos son símbolos de Irlanda que deben ser apreciados", dice, mientras transporta fardos de paja con un estudiante.
I.Moreau--PS