
Barcelona, la juventud de Vargas Llosa; Madrid, la madurez

Barcelona recibió en los años 1970 a un joven Mario Vargas Llosa apenas conocido, de izquierdas y del Barça, que llegó a Madrid 30 años más tarde ya consagrado, políticamente liberal y del Real Madrid.
"Y en el fondo no había cambiado tanto", explicó en 2023 a la AFP Xavi Ayén, periodista de La Vanguardia y autor del libro de referencia "Aquellos años del boom", destacando una constante del escritor peruano: "es un hombre independiente, no repite consignas, se forma su opinión y la defiende".
"Aquellos años del boom" versa sobre este movimiento literario integrado por Vargas Llosa, Gabriel García Márquez o Julio Cortázar, que en los años 60 y 70 popularizó la novela latinoamericana en todo el mundo.
Vargas Llosa, quien falleció el domingo en Perú a los 89 años, había vivido ya en España, en Madrid, en 1959, adonde llegó con 23 años y una beca, y se doctoró en filosofía y letras en la Universidad Complutense.
Luego vivió en París -donde fue periodista en la Agencia France-Presse- y Londres, y en el verano de 1970, con 34 años, llegó a Barcelona para dedicarse en cuerpo y alma a la literatura, animado por la agente literaria Carmen Balcells.
- Vecino y amigo del alma de García Márquez -
"Balcells le iguala el sueldo de profesor que tenía" en la universidad King's College de Londres, "le busca piso, médicos, escuelas para los niños, e igual que hace con otros escritores, le impone una disciplina horaria", explicó Ayén.
Ocho horas de trabajo mínimo al día que no le costaron a un Vargas Llosa a quien su editor Carlos Barral recordaba en sus memorias trabajando "como un poseso".
Vargas Llosa se instaló primero en la calle Vía Augusta y luego en la calle Osío, perpendicular a la calle Caponata, en la que vivía García Márquez, a escasa distancia, en el muy burgués barrio barcelonés de Sarriá.
"Balcells ponía a los escritores en el mismo barrio, porque quería que fueran amigos", narró Ayén.
Y a fe que Vargas Llosa y García Márquez se hicieron amigos: almorzaban en una casa y cenaban en otra, dejaban los hijos de una pareja al cuidado de la otra. La amistad duró hasta 1976, cuando una pelea en México, con puñetazo incluido del peruano al colombiano, los separó para siempre.
Barcelona "se convirtió, gracias a Carmen y a Carlos Barral, principalmente, en la capital de la literatura latinoamericana por un buen tiempo, y allá volvieron a encontrarse y confundirse los escritores españoles e hispanoamericanos, que se daban la espalda desde la Guerra Civil", escribió el nobel hispano-peruano en el diario madrileño El País.
Ayén explicó que el Vargas Llosa de Barcelona hizo en una ocasión de correo del Partido Comunista, iba mucho más allá que García Márquez en las actividades antifranquistas, y llegó "a alojar en su casa una noche a la madre del Che Guevara".
Pero su izquierdismo había empezado a tambalearse con el trato dispensado en 1971 por el régimen cubano de Fidel Castro al poeta Heberto Padilla, detenido y forzado a una confesión de culpabilidad pública.
Pasaron los años y, en 1990, Vargas Llosa opta a presidir Perú, pero pierde ante Alberto Fujimori, que empieza a hacerle la vida imposible.
Decide entonces volver a España, pero a Madrid, y pide la nacionalidad para él y su familia, que le fue concedida en 1993 por el gobierno del socialista Felipe González.
- Un madrileño consagrado -
Cuando se instala en Madrid, "Vargas Llosa ya es otra cosa. Aunque no es premio Nobel todavía, ya es uno de los grandes escritores en lengua española", contó Ayén.
"En parte por su opinión defensiva de lo que ocurre en Cuba, ya tiene una opinión negativa de las políticas de izquierda. Además, en Madrid se institucionaliza mucho, entra en la Academia de la Lengua, recibe todos los honores", hasta el Nobel de literatura en 2010.
Y se hace del Real Madrid, tras ser hincha de aquel Barça de Johan Cruyff de los años 1970 en el que militaba uno de los mejores futbolistas peruanos de la historia, Hugo Sotil.
El regreso a Barcelona más sonado del escritor fue en 2017, para pronunciar el discurso principal en una multitudinaria manifestación contra la independencia de Cataluña.
"Queremos que Cataluña vuelva a ser la Cataluña capital cultural de España, como era cuando yo vine a vivir aquí", dijo entonces.
En Madrid llegó a convertirse en protagonista de la prensa amarilla o del corazón, por su romance con Isabel Preysler, la exmujer del cantante Julio Iglesias, desde 2015 hasta la ruptura en 2022.
Más duradero fue el interés del escritor en la literatura española, a la que consagró ensayos, como los dedicados a la novela de caballerías en catalán "Tirant lo Blanc", de Joanot Martorell o Benito Pérez Galdós, y numerosos artículos en su colaboración dominical con El País.
C.Blanc--PS